lunes, 3 de septiembre de 2012

La crepidula: el molusco invasor

En el mundo de buceo y en del mar, en general, suele hablar de especies invasoras ya que aveces pueden llegar a ser verdaderas amenazas ecológicas. Hace unos años, se descubrió un molusco Gasterópodo de color beige, marrón o violeta y ligeramente óvalado, fijado a otros especímenes marinos. En este post os voy a presentar a la crepidula, que parece muy discreta, pero en ciertas ocasiones, no lo es.



La crepidula viene de la fachada atlántica de América del Norte y durante la importación de ostras de Virginia en Inglaterra a finales del siglo 19, se acomodo en las costas británicas y ha empezado su lenta colonización del litoral europeo.
Hoy en día, podemos encontrarla desde las costas suecas hasta el mediterráneo. Se introdujo en Francia por las costas de Normandía durante el desembarco de Junio de 1944 con la instalación de puertos artificiales construidos por los aliados en Inglaterra.

Se trata de un animal marino filtrador al que aún no le hemos encontrado depredadores. Si invasión es tan importante que anuncian que hay más de 250.000 toneladas en la bahía de St. Brieuc (Francia) y más de 100.000 toneladas en Cancale (Cifras del IFREMER)

Esta misma fuente también evoca el empobrecimiento de la biodiversidad de las zonas colonizadas pero también habla del papel importante que tiene en la filtración del agua. A nivel ecológico la convivencia tampoco es fácil, ¿eh?



Este molusco, nunca presente a más de 10 metros de profundidad, vive amontonado sobre una decena de individuos como el (de ahí el nombre latín Crepidula fornicata). Nace siendo macho y se convierte en hembra a medida que crece. En la montaña de individuos, pegados los unos a los otros, encontraremos siempre en orden ascendente a las hembras más viejas, luego las más jóvenes, después a los machos adultos y finalmente, a los más jóvenes.
Para terminar, quedo a disposición de aquellos que tengan un receta para cocinar estos moluscos porque la crepidula, ¡se come!